Sant Martí de Villafranca.

Las antiguas casas de Sant Martí tienen su origen como parte de una de una importante caballería que, durante los siglos XIII y XIV, perteneció a la importante orden de los Templarios (hasta el año 1314). La caballería englobaba un conjunto de tierras compuestas por alquerías y “rafals” , de las cuales las más conocidas son, por su genérico musulmán, las de Alanzell y Albadellet. Por otra parte, el antiguo origen de la zona está avalado por los restos arqueológicos prehistóricos, románicos y árabes.
La caballería perteneció a los Santjust y posteriormente a los Sureda – a finales del siglo XIV- constituyó la base económica, política y social que empujó la monumentalidad de las casas. El esplendor medieval de Sant Martí, se refleja aún en la estructura del palacio-castillo que observamos en su conjunto.

Aspectos medievales del edificio.

Una parte del claustro, en el lado de poniente, es de esta época con pequeños portales en arco de medio punto de carácter fortificado. La fachada data seguramente del siglo XIV y se emparienta con escasos ejemplos rurales como el de “lesa casetes del Rei Sanxo”, en el Teix, y el derruido claustro de Son Catlar de Mancor.

Las casas, durante la Edad Media, fueron agrandadas y dotadas de diversas torres. Una parte fue habilitada como una gran residencia señorial con salas y habitaciones iluminadas por ventanas ajimez .
De las torres queda una muy completa en el lado sur-oriental, donde aún se pueden ver los arcos tapados de dos ventanas ajimez.
En la planta baja de dicha torre hay una sala con arco apuntalado que corresponde al estilo gótico primitivo típico de la la época de repoblamiento. Es una sala dividida por el arco diafragma, que no ha conservado el techo original, el cual estaba aguantado por canecillos de piedra que aún se ven.