RANDA

Volviendo a subir en él celebre monte de Randa, se ve casi en la sumidad del mismo delante de lentiscos escritos, una cuevecita que el tiempo a dejado al parecer habiendo caído unos peñascos que la hacían en otros tiempos más capaz; y esta es la cueva de Randa que se conoce como la de San Ramon (Llull).
En este lugar se ha edificado una nueva capilla con un retablo de ladrillos donde se muestra pintada la aparición que hubo allí de Cristo en la Cruz.
Se sabe que en el año 1394 hacia ya unos 30 años que vivían en aquellas altas soledades algunos ermitaños en su cumbre donde tiene su asiento la Virgen Santísima de cura se pueden distinguir hoy en día unas hoyas (agujeros) de forma estrecha y alargada, según Guillermo Terrassa su profundidad no suele exceder de unos 2 metros.

Diriase que son sepulturas primitivas pero en ninguna de ellas hemos podido encontrar ni siquiera remotos vestigios de inhumaciones. Se pueden observar unas 11 celdas en la parte occidental del santuario otras 10 probables en la parte de levante.
Hay escritores e investigadores que comparan esas celdillas con las antiguas Lauras egipcias de los tiempos de San Antonio, en pleno siglo XIV, donde los monjes introduciéndose en sus individuales celdillas, en determinados tiempos se reunían todos bajo una empalizada o tienda de campaña, especie de sala capitular que según G. Terrassa usaban para sus colaciones e instrucciones de los Padres y Maestros en la vida espiritual.
Sabemos que el Monte de Randa esta sembrado de ermitas o como dirían los poetas es una Colmena Monástica donde los monjes en crecido numero han ido labrando el dulce panal de su santidad, en la contemplación extática de Dios, admirable en la obra de su creación, en sus austeridades asombrosas en sus rezos inacabables. Conocemos el paso de Ramón Llull por este Monte y su estancia en el mismo así como su relación con la Orden de los Caballeros Templarios y hasta con el mismísimo Jacques de Molay Gran Maestre de dicha Orden.
Así mismo tenemos conocimiento de que en los alrededores del Monte de Randa existían alquerías o casas también pertenecientes a esta Orden del Temple como es el caso de la “Alquería de la Perola” que parecían estar allí con él animo de proteger el acceso al Monte de Randa y la seguridad del mismo.