INVESTIDURA DE PARAGUAY 2004

El día 28 de Noviembre amanecía con un aire distinto, sonidos de campanas replicando presagiaban un dulce alumbramiento.
Allá, a lo lejos se divisa una hermosa y humilde Parroquia, alejada del ruido mundanal propio de las ciudades cosmopolitas, cual voz que clama en el desierto se yergue enclavada una cruz, símbolo de la resurrección divina, las puertas se abren, San Juan el Bautista se viste de gala, nombre dichoso que porta la bella parroquia, da así la bienvenida a la nueva Milicia Cristica al Paraguay.


La Orden de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón, arriban a la Santa Misa para ser partes de la primera investidura Oficial Templaría en Hispanoamérica. Solemne acto publico los espera, decenas de personas observan entre sorpresa y admiración a aquellas Damas, Caballeros y Sargentos portadores de una nueva misión, una nueva acción social.

Simbólico y casual...No, nada de casualidades, el día era especial, toda la Iglesia Universal de Cristo y de Nuestra Señora Maria festejaban el inicio del año Litúrgico, el renacimiento Cristiano, el Adviento, por el cual todo hijo del Padre por intersección de Nuestro Señor Jesucristo y la mediación de Nuestra Señora, renueva sus votos de FE, sus valores y principios, viendo en este resurgimiento cual las palabras del Maestro recogidas por Juan el Evangelista:

Jn:3:4: Dísele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?
Jn:3:5: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Jn:3:6: Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Jn:3:7: No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.
Jn:3:8: El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Jn:3:9: Respondió Nicodemo, y díjole: ¿Cómo puede esto hacerse?
Jn:3:10: Respondió Jesús, y díjole: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?
Jn:3:11: De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Jn:3:12: Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Y es en este nuevo despertar, revestidos de las armas del verdadero conocimiento, propias del nuevo nacimiento, de las que se servirá la Orden cual armadura para enfrentar la hoy tan apremiante coyuntura Nacional e Internacional, llena de desaciertos en el mundo actual, guerras, divisiones, intolerancias, emergen de un escenario cada vez mas incrédulo, falto de esperanzas y propiciando una polarización cada vez mayor hacia quienes visionan el camino espiritual, el respeto a la vida, el amor como un medio y al mismo tiempo un fin, como la verdadera senda a la que todos estamos llamados, escuchando y vivenciando en nuestro propio ser aquellas profundas palabras del Apóstol Pablo:

1Cor:2:9: Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.
1Cor:2:10: Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Cor:2:11: Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Cor:2:12: Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
1Cor:2:13: Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.
1Cor:2:14: Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.
1Cor:2:15: Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie.
1Cor:2:16: Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruyó? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.

Son en estas breves pero profundas palabras, en donde los Caballeros, Damas y Sargentos del Temple ejercen hoy sus hidalgas, nobles y valerosas cruzadas, es en esta verdadera transformación, donde hoy combaten cual antaño a las mentiras, las tiranías, la ambiciones, es así en esta nueva batalla donde deberán cruzar castillos infectados de ponzoña y afiladas lenguas, intereses mezquinos y obscuros son los enemigos, a ellos combatirá con el acierto de su FE, la constancia de su ESPERANZA y la Fortaleza de su AMOR, rescatando a esa bella doncella, símbolo real del encuentro con Nuestro Señor.

Fr.+ José A. Riquelme Escudero
Encomienda del Paraguay

Ego quaero vultum Domini Nostri Iesu Christi, qui me illuminavit non meis meritis sed per suam sanctam pietatem.